Por la noche la reunión fué en el Théâtre des Champs-Elysées. Alex invita.
Nadie debe hablar sino de lo que le interesa o ama, de nos ser así, se habla de gustos, con su titular en este orden: el charlatán de feria. Para no serlo, relato cosas de ese espectáculo; Tango Pasión con el Sexteto Stazo Mayor, Luis Stazo y Christian Gerber al bandoneón.
Recordemos que cuanto más lejos uno está, hasta la 9a sinfonía te suena a tango, y qué tango!
El espectáculo estaba bien, pero dos cosas se imponían a comentar, como cara y cruz, día y noche, ya que de tango se trata, macho o hembra, de luz o sombra, como un contrapunto secreto.
No para quedarse con uno o con otro, cuando las dos cosas son buenas que elijan los giles.
Paso a la primera: un solo de piano de introducción a Adiós Nonino, de Piazzola. Durante todo el espectáculo, aquel tipo se lo pasó grisausente, y de repente engancha el piano y se nos aparece como aquel haiku japonés “lleno de oscuridad, yo cazo la luciérnaga”.
Un sentir parecido nos brindó el maestro Juan Carlos Zunini.
La sala vibra. Los que esperaban, asumen que el instante ha llegado, eso que hacía falta para escurrirse fuera del mundo, y en ése estado dejas de preguntarte cuántas decepciones te conducen a la amargura una o mil.
Cioran diría que todo depende del tema de la decepción, porque tema es nombre y apellido y algunas tardes de algunos días pesan más que otros, así el hombrecito terminó su perfección anónima y pasó por atrás de los músicos sin molestar -cuando nos había puesto una granada bajo la almohada- para volver a ocupar su lugar de antiguo gris.
La otra parte a destacar, -aunque muchas fueron buenas, sin menospreciar, todo se mantenía- fué la segunda conjunción: Valeria Sol Alvarez & Juan Manuel Acosta, primos en vida compañeros en la escena y pareja en el amor, que familia de pasión! tanto hacían uno, que creo que si él hubiese tenido tetas hubiesen sido como las de ella, al tipo que estaba delante mío se le escapó un piropo, ella cabello caoba -pero la luz la hacía colorada- y el vecino dijo “un desamor con la colorada equivale a la legión extranjera” y se disolvió en su butaca.Los pasos parecen los mismos pero los cuerpos se aprietan, él llegó a tener una boa con tacos altos que caía por momentos; ella una fibra jalonada de algún animal borgeano tigre o pantera.
Los vaivenes del público eran de salto mortal y hasta dos pibitos franchutes anti-aguante que por vocación paterna están mas condenados que invitados a este tipo de aquelarres, estaban como egipcios, hieráticos mandíbulas colgantes.
Y no hay más, el resto ya lo conocen: chismerío de chismeríos como dice la biblia y frases…
¿quién dijo? « si yo hubiese escuchado mis pulsiones hubiese terminado o loco o colgado” y qué sé yo, la pregunta no está tan descolgada: cómo carajo hace esta música con sus participantes para no abandonarlos ni en la locura ni en el cadalso?
Por « azahar », más tarde nos cruzamos frente al teatro con una bailarina de largos cabellos que en escena parecía diosa y en la calle es chiquita y simple. Quizá la verdadera quedó en escena. Helen la noruega dice que ella corroboró que era la misma, que guardaba algo de la pitonisa en transe, la de las mil caderas. Pero esto me parece a mí humanismo nórdico.
Los latinos preferimos decir que cuando se expresa la creación no sólo se es el verdadero, sino el único y que ésta es copia, ésta es Clark Kent,
Y alguien porfía. Les digo muchachos que esto es peligroso, envenenado,
Puede que el arte muestre quienes somos, puede que el arte mienta, pero bueno -contempla un radical-, nadie puede estar inmolándose, noche y día. Y porqué no los santos, por ejemplo, me estoy refriendo ante todo al santo del abasto, claro está.
Abel Robino