LA ULTIMA FICCION

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Digamos las cosas de entrada como son: adictos a la tele, a internet, a la información, la repetición permanente de las mismas historias contadas una y otra vez por los politicos, analistas, periodistas, y demás bloggers, habíamos pensado haber alcanzado el límite de saturación del lo que se llama storytelling.

Error.

Esta vez es el teatro el que nos vuelve a poner los pies en la realidad.
Confesemos nuestra ignorancia, el dramaturgo-actor-escritor argentino Rafael Spregelburd nos era desconocido hasta ayer. Pero nunca es tarde para descubrir a un montruo así.
La Paranoia es un OVNi que pasó hace un mes en París en el prestigioso Théâtre Chaillot, con una puesta de Marcial Di Fonzo Bo -otro argentino radicado aquí desde los 80- y de Elise Vigier. Esta pieza pertenece la série de 7 obras inspiradas del cuadro Los 7 pecados capitales de Hiéronymus Bosch. « La Estupidez- La Connerie » fue estrenada en París el año pasado pero no la pudimos ver.

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¿Pero de qué va La Paranoia?

Spregelburd, partiendo del principio que nuestro planeta es el único lugar del universo que produce ficción,  emite la hipótesis de que a fuerza de repetirse, el agotamiento de ésta maravillosa invención coincidiría con el fin de la humanidad.
Desde hace miles de años -la obra se sitúa en el veintidosmil y tantos, unas formas de Supra-Inteligencia-Reguladora-Interplanetaria (las « Intelligences ») se nutren vorazmente de todo lo que la humanidad ha producido como ficción: libros, films, recuerdos, comix, TV, radio… para olvidar el aburrimiento al que están condenadas dada su inmortalidad.
Pero ocurre que éstas « intelligences » adictas a la ficción humana se dan cuenta de que los terrícolas últimamente han producido solo ersatz, productos mediocres. Y no están para nada contentas, amenazan con destruir nuestro planeta si en 24 horas no producimos una historia nueva.

Reunidos en Piriápolis, Uruguay, un grupo de élite ha sido designado para hacer el milagro. Brainstorming y creación de ficción en tiempo real entre un matemático especulativo, una escritora de éxito que se cree Barbie, un ciborg emotivo obsoleto y un astronauta argentino en depresión. 


A partir de estas premisas, el espectador tiene que ajustarse el cinturón, ya que Di Fonzo Bo lanza los actores* (y a nosotros también) en una especie de cohete verbal y visual. Un cóctel alucinógeno inyectado de una mezcla de Borges transexual, de un Descartes « style Courrèges » en una obra de Brecht, de Blade Runner para telenovela, de clones de Chávez supervisados por el Superagente 86, de submarinos rusos amarillos y treinta mil cosas más, dichas casi sin parar y a veces con todos los actores hablando al mismo tiempo o al unísono.

De todo este caos podría haber salido un gran megabodrio a gran presupuesto, pero no.

La destreza -porque hay que llamarla así- de los actores, con una dicción milimetrada y metronomizada, una especie de coreografía permanente -cada actor interpreta 3 personajes distintos-, la perfecta utilización del video como decorado o como un verdadero actor hors champ, el humor de los diálogos… Navegamos siempre al borde del precipicio entre soap-opera de Almodóvar, video amateur de los ’80, film de acción dopado con anfetaminas y tratado de filosofía de divulgación.

Todo eso y mucho más, como dice la propaganda…
¿O me estoy poniendo paranoico?

* La Paranoia, de Rafael Spregelburd. Dirección: Marcial Di Fonzo Bo y Elise Vigier. Actores: Pierre Maillet, Marcial Di Fonzo Bo, Elise Vigier, Frédérique Loliée, Clément Sibony, Rodolfo de Souza, Julien Villa.