Primera muestra de la primera temporada del renovado Teatro-Auditorio de Poitiers, « Les Princesses » fue un evento coreográfico y musical que hizo una apuesta arriesgada: agrupar 20 coreógrafos y artistas que han marcado la danza contemporánea en Francia desde los años 80. Cuatro horas de danza, música y muchos momentos de poesía.
Para este proyecto, Odile Azaguri -la directora artística del evento- pudo contar con la música enigmática e imaginaria del compositor argentino Luis Naón (del que ya hemos hablado en Faubourg), y de la interpretación del ensemble Ars Nova de Francia.
Luis Naon, Abel Robino y los unicornios
Los espectadores debían elegir entre dos itinerarios coreográficos diferentes y eran guiados por grupos gracias a bailarines disfrazados con máscaras (unicornios, ciervos, chivos… según el grupo)
Participaron Carolyn Carlson (vidéo) & Larrio Ekson, Guesh Patti, Shiro Daïmon, Nathalie Pernette, Laurent Falguieras, Anna Ventura, Dominique Boivin, Pascale Houbin, Carlotta Ikeda, Odile Duboc, Jean Gaudin, Véronique Ros de la Grange, Jackie Taffanel, Elsa Wolliaston, Hela Fatoumi, y …
Graziella Martínez.
De ésta ultima les queríamos hablar.
Aérea, con una vincha brillante en la cabeza, y disfrazada como un coche robado, la coreógrafa argentina Graziella Martínez, 67 años, (asociada en la década del ’70 a Topor, Copi, Lavelli, Savary, etc.) organiza el escenario de sus ficciones minímas como una seguidilla de ceremonias en su departamento.
Explorando todos los registros, lejos muy lejos de los standards & tics de la danza contemporánea, Graziella es una mujer que ha elegido el exceso como medida de supervivencia.
Princesa, gitana o geisha, todo es posible para Graziella Martínez, quien va superponiendo sobre sí misma -como « une princesse déchue« – los vestidos que ha fabricado/recuperado, bailando como si no estuviera allí, -como si no hubiera público- ayudándose y enrrollándose con unos velos/guirlandas/mangueras fluorescentes. Chorreando poesía en un reality show.Al principio, el publico reía como se reían de Susan Boyle, la ahora famosa cantante de Britain’s Got Talent’s, y poco a poco todo se vuelve seriamente desopilante, truculento.
^Graziella Martinez en los ’60.
Cuando levanta sus enormes ojos exageradamente maquillados, hay tanta burla y tanta ironía en ella que sólo podemos sucumbir a este oscuro encanto de una nena que nunca se creyó que era princesa.
Que éste humilde homenaje pueda servirle de aliento a Graziella para continuar su trabajo de hada psicodélica.
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